viernes, julio 28, 2006

La anti-cancion escrita antes de la fiebre anti-todo

En algún punto de la Historia reciente, el mundo se puso en contra, o más bien una parte del mundo se puso en contra de la otra parte. Una parte se manifiesta anti-globalización, la otra no tiene ni idea de donde está, que es ser anti-globalización y ni se plantean si están a favor. Pero antes, mucho antes, un grupo de punk argentino, en plena fiebre de ceguera menemista, cantó a viva voz el grito más punk, inclusive y por lejos, más revolucionario que los Sex Pistols - el Mambrú punk -. Desde Gerli, algún lugar del planeta Provincia de Buenos Aires. "En esta canción no hay mensajes para vos", cantaba el finado Ricky Espinosa desde su banda Flema. En plena fiebre por putearse con el Gobierno de turno, mientras el suplemanto joven de Clarín "fundaba" el "rock barrial", y la autogestión era posible, estallaba esta canción directa, inmediata y sincera. Lo primero que decía era eso, que no había mensajes para el que la escuchara. Para nadie. Y si te encontrás, como me encontraba yo, en plena fiebre adolecente de encontrar modelos, eso es violencia pura. Y es buena. Era una letra sincera, que era cierto, sin ningún mensaje. No te decía que había que cambiar al mundo, ni que el gobierno era malo, ni nada. Muy por el contrario, era una letra personal, que te llevaba a identificarte con ella por el todo lo que contaba después. Perdón, acá está la letra:
Si yo soy así (Ricky Espinosa)
En esta canción, no hay mensajes para vos
1 y 2 son 3, arruinado hoy me vez
me podés buscar, pero nunca encontrar
mi cuerpo está acá, mi cabeza más allá
Porque yo nunca lo hice y nunca más lo vuelvo a hacer
porque todo se repite sin que yo lo quiera hacer
porque fácil se presenta cuando no lo quiero hacer
porque vivo como un muerto pero vuelvo a nacer
si yo soy así, no es por culpa de la droga
si yo soy así, no es por culpa del alcohol
Y era cierto. Algunos de nosotros, chicos y chicas, sufrimos con el argumento paternal que nos sentenciaba a dejar de ver amigos por ser "mala influencia", o alegaban bizarradas sobre la música o los libros o las cosas que te gustan - mi caso era más el primero, siempre agradezco que no haya sido el segundo-. Para mí, era la defensa perfecta. Era yo. Eramos varios. Había alguien que lo cantaba. Había un mensaje para mí, pero no para todo el otro mundo, el que no entiende ni se plantea nada, y que cree que vivir es imitar. Pero a su vez, entendí con esta letra que ese otro mundo era así y que no nos ibamos a entender jamás. Porque nunca entenderían que mi cuerpo estaba acá y mi cabeza más allá. Porque nunca iban a entender que si yo era así - si yo soy así - no era por culpa de nada ni nadie, solo porque yo quería - quiero - ser así. Y porque en realidad, en esa canción, no hay mensaje para ellos, pero sí para mí.

lunes, julio 03, 2006

SOMA

De chico se aprenden muchas cosas. Que el agua moja, que te abran la gaseosa delante tuyo, no hablar con extraños y, por default, que la droga es mala. Nunca especifican porque, ni la Escuela, ni la Religión, ni el Estado, ni la Familia. Simplemente “es mala”, “hace mal”. Después, con el tiempo, vas advirtiendo cosas que difieren de las versiones impuestas por el Estado y la Familia. Y es la diferencia sustancial entre la droga legal y la ilegal. La droga ilegal – marihuana, cocaína, pastillas – es la que droga que eventualmente utilizan los roqueros o los artistas para, ellos dicen, ampliar horizontes o simplemente para armar la de Dios, como uno pasa a enterarse después. Cuando una persona deja esas drogas dice haber dejado el Infierno. Entonces me planteo la siguiente pregunta: ¿es el infierno porque ellos lo creen así, o por que así se lo dijeron en la estancia de rehabilitación? (rehabilitación: volver a ser hábil, vaya a saber para que) Entonces ya no más drogas, piensa uno en su inocencia. Error, ahora el cielo es patrocinado por las drogas que las Corporaciones Farmacéuticas hacen. El tratamiento de rehabilitación consta, según de lo que una persona quiere rehabilitarse, de sesiones de tratamiento con diversas pastillas, producidas por compañas productoras de medicamentos, que suplantan la necesidad de la droga que se quiera eliminar por la nueva droga, y luego se elimina el deseo – técnicamente. ¿Conviene entonces legalizar las decisiones personales, dejando que cada individuo decida que hacer con su vida?¿O es mejor decir que tal o cual droga es mala y que por eso hay que dejarla, tratando “el mal” con las drogas de las corporaciones? Un gran anuncio anda dando vueltas por las calles. “Ayuda a tu memoria” dice su slogan. Es un chiste de mal gusto dentro de un país que se caracteriza por, justamente, su falta de memoria. Pero esta pastilla milagrosa que ayuda a la memoria – de venta libre en farmacias – este elixir, es solo uno de los ejemplos que se pueden citar. La misma droga que dejo afuera a Maradona del mundial ’94 es de venta libre, sale 10 pesos la caja con dos tabletas de diez grageas, y también es publicitada en la vía pública en grandes carteles verdes y en contra del resfrío. A un nivel más personal, recuerdo como una señora una vez me dijo que le preocupaba el tema de la droga, y años después su hija trató de suicidarse con pastillas para dormir vencidas que eran propiedad de esta señora. Pero estas drogas pueden estar dentro de una casa, está bien que así sea. Y hete aquí la presencia de lo macabro de nuestro hermoso Estado. Que una persona compre las pastillas conciliadoras de sueño de la empresa alemana líder en medicamentos está bien. Que una persona fume marihuana porque le gusta está mal. Lo raro es que ninguna de estas drogas cura nada. Es más, las dos son nocivas, salvo que las pastillas son más adictivas y pueden matarte por sobre dosis. Si las empresas farmacéuticas pudieran producir marihuana a grandes escalas y venderla en negocios, ¿dudarían un segundo que las podrían comprar en Farmacity?