martes, junio 05, 2007

Como acabar con la Democracia

Títuo fuerte, pero sepan que es en honor a Woody Allen y sus escritos "Como acabar con...", y hay todo un excelente libro con la recopilación de los escritos del maestro cineasta.
Debo decir que han pasado ya 28 años desde que nací. De esos 28 años, 18 me la pase militando en distíntos partidos y/o agrupaciones políticas nacionales, de la ciudad de BS. AS. y universitarias. Me peleé y me amigue con la política en varias ocaciones. Pero siempre creí en una cosa: la democracia. Pero este domingo 3 de junio del 2007, precencié, con un inmenso asco, como el mundo se cagaba en la democracia.
Datos necesarios para seguir con esta lectura: el domingo 3 se eligió Jefe de Gobierno y yo fui fiscal de la lista de la Coalición Cívica. Ser fiscal de lista implica, entre otros menesteres, corroborar que todo lo que se haga durante el comicio este dentro de la ley electoral (lease, que nadie meta cosas en las urnas, acompañar al presidente de mesa cuando hay que acercarle la urna a un discapacitado, y, al final, controlar que el recuento de votos se haga de la manera correcta).
Entonces, empiezo con lo que quiero decir. La elección en el colegio en el que me tocó fiscalizar - La escuela Rivadavia, en Larrea al 800, frente al supermercado - fue un pandemonio dantesco durante las 10 horas de comicio. Los Presidentes de mesa se iban al baño SOLOS con la urna, la dejaban a un costado y se iban a mear. La escuela urnas en tres pisos, pero los de Prefectura - encargados de la seguridad en las escuelas durante los comicios - estaban todos en la puerta de la planta baja. Esto no dice nada, salvo por el hecho de que técnicamente tiene que haber como mínimo uno por piso, para, por ejemplo, decirle al presidente de mesa que NO se puede ir al baño con las urnas. Un tipo, en otro momento, trajo medialunas a su mesa y las apoyó sobre la urna, y en esa mesa, en ese momento, el presidente se habia ido Dios sabría donde. Luego también hubo otro montón de situaciones: fiscales tomando cocaina, fiscales que no acompañaban la urna a ningún lado, fiscales que no sabían por cual lista fiscalizaban. Había dos listas que no tenían boletas en la mayoría de los cuartos oscuros, pero la elección se realizó sin problema alguno, porque "si son dos listas que a nadie le importan" - esta última frase procuren leerla con tono bien, bieeeeeeen argento. Todo pasaba sin ningún tipo de innivición alguna, a nadie parecía importarle el hecho de que ESTABAMOS EN UNA PUTA ELECCIÓN. Pero lo peor, lo que realmente me revolvió el estómago, estaba por llegar.
Cierra el comicio, cinco minutos más tarde portque se corto la luz en la escuela y no dejaban entrar a la gente. A mí me tocaba fisaclizar las mesas 4887 y 4888, y a mi novia la 4889 y 4890. A los 20 minutos de empezar el recuento, mi novia me manda un mensaje de texto diciendo que el presidente de mesa de la 4889 - no me lo voy a olvidar nunca ese número - estaba tirando los sobres en el tacho de basuara y no en la urna, como debe hacerse. Dentro de la urna iba tirando las boletas, en lugar de ponerlas sobre la mesa, a la vista de todos, como debe hacerse. No solo eso, los votos en blanco y los nulos, que deben ser marcados como tales y puestos a la vista, el presidente de mesa recurría a un dudoso método de anotarlos con un palito en el pizarrón. Mi novia, entonces, al ver que no había constancia alguna de estos votos porque estaban en el tacho de basura, empezó a hacer quilombo. Los demás fiscales optaron por putearla porque se querían ir. WHATA!? ¡SON FISCALES DE MESA! ¡TIENEN QUE QUEDARCE AHÍ HASTA QUE LAS COSAS SE HAGAN BIEN!. Pero que se puede esperar de gente que está haciendo lo que hace por plata (fiscales de Macri y de Telerman, les pagaron 50 pesos abiertamente, al terminar el comicio) o por otras cosas, pero nunca porque crean en algo de lo que este ocurriendo. Y como el presidente seguía en su actitud de hacer cualquier cosa, nuestro fiscal general, decidió tomar cartas en el asunto.
Fiscal General: ¿a dónde están los votos en blanco?
Presidente (señalando el pizarrón): ahí
FG: Yo ahí veo tres palitos, ¿a dónde está el sobre?
P (señalando el tacho): ahí
FG: ¿Qué hacen ahí? ¿Cómo vas a tirar los sobres en el tacho? ¿A donde están las boletas?
P (empieza a temblar): En la urna
FG: Y cómo sé que son esos. Me decís que esos palitos son votos en blanco, como se yo...
Entonces los demás fiscales empezaron a putear porque se querían ir. El fiscal general de PRO decía "es lo mismo". Al final, tras el concenso general de que todo debía seguir así como estaba porque todos se querían ir, decidieron pasar por ensima de las leyes y seguir como si nada, actitud que le va muy bien a la derecha y al peronismo, ya que la historia nos demuestra que así es como se manejaron siempre. Nuestro fiscal general salío diciendo "Desde la vuelta de la Democracia en el 83 que no veía que se cagaran tanto en la Democracia". El fiscal de PRO ensayó una sonrisa de empresario garca, y volvio con su discruso de está-todo-bien-si-total-es-lo-mismo, al lo que nuestro fiscal respondió "por eso es imposible que vote nunca por Macri, porque son todos como vos".
Así que, lo más lógico fue llamar a la justicia electoral. Se hizo presente una mujer de estatura pequeña, que al llegar al aula pareció no encotrara problema alguno. Nuestro fiscal general quiso anular la urna, cosa que debía haber ocurrido dada las INMENSAS irregularidades que habían currido, pero la muchacha dijo que no, que lo mejor seria empezar a contar devuelta, a lo que nuestro fiscal le dijo que quería observar la urna - lease, que cuando llegue al conteo final, se sepa que esa urna tiene problemas, pero la muchacha se negó a esto tambien, lo que provocó que nos fueramos a la mierda, dado que aparentemente la justicia electoral no era ni tan justa.
Luego de esto, la muchach bajo a darnos explicaciones. Se acerca a donde estabamos, y ensaya un principio de excusa. La verdad es que das vergüenza, digo, esa urna es cualquiera y vos sos cualquiera. La muchacha me toca, tratando de ser amable. Me saco su mano de ensima, envuelto ya en una nube de furia. A mi no mes ningúna explicación, le grito, vos estás acá para evitar cosas como esta y en realidad estás pelotudeando. Dejame que te explica, me dice. Le grito que ella está acá para hacer cumplir la ley, y no está haciendo nada. Le digo que se calle y que no me vuelva a hablar, me voy antes de asesinarla a golpes. La muchacha sube con otra mujer, empiezan a contar los votos de vuelta, y ahora sobra un voto. Hay un voto de más. La muchach, la justicia electoral, la que tiene que encargarse de que las cosas se hagan bien, dice "entonces saquemosle un voto al blanco y queda justo". Estallamos en gritos, nos vamos a la mierda. La muchacha nos corre, hay que firmar el acta de cierre. Nos reímos en su cara, le hacemos acordar que dibujó los números y que no vamos a firmar nada. La muchacha nos detiene en la puerta, nos increpa, la mandamos a cagar y salimos.
Indignación. Descreimiento. Me invade una sensación de que nadia va a cambiar, nada puede cambiar, en tanto todo esto que pasó siga pasando, como si nada, porque "tenemos sueño". Dos fiscales se quedaron dormidos en el recuento de votos, tirados sobre una mesa. Y a nadie le importa, porque "es una escepción". Pero este tipo de "escepciones" no deben ni siquiera ser contempladas. No los culpo si, tras leer este largo texto, deciden no volver a votar. Pero en mi quijotesco andar político, sepan, siempre voy a estar peleando contra los molinos, hasta que el último hijo de puta se caiga.

2 comentarios:

ladquin dijo...

No sé si no me dan ganas de votar más, pero tengo unas ganas de llorar que me muero.
Fuck.

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el articulo, saludos desde Panama!