viernes, febrero 04, 2005

De vueltas al mundo dicen que se vive

Mi estado mental es particular durante estos días, dado que por alguna extraña razón, alguien cambió el filtro de la cámara, y ahora todo quedó empatado y neutro, pero indudablemente hacia adelante.
Como todos saben, desde el lunes 30 de enero todo dejó de ser como era. Mi mundo (y tal vez desde una óptica solipcista, El Mundo) cambió de una manera inesperada y desesperada. En pleno verano alcancé el otoño, y eso es lo raro. Los que me conocen saben que el invierno es mi estación mental favorita. Pero de alguna manera, todo el apoyo que reciví de conocidos, no tan conocidos y desconocidos me ayudo a no cerrar la puerta por duelo, y mirar al inevitable futuro con otra cara, o la misma, pero distinta.
Cosas de la vida, hoy me toco caminar por Parque Centenario. Caminando por el pozo que un dia fue lago, que ahora es un charco olvidado por la lluvia torrencial del fin de semana, iba un chico alegre en su bicicleta, correteando a las palomas. Bicho extraño, al que se lo asocia con la boludez (más boludo que las palomas, dicho popular argentino), y empicamente lo comprobé este día viernes 4 de febrero.
Resulta ser que descansban varias de estas alimañas en el agua abasurada, y el pequeño pedaleaba peligrosamente cerca de la orilla, a pasos de las palomas que comenzaban a levantar vuelo asustadas o hinchadas las pelotas, que tambien le pasa a los bichos, eso de que el mundo, la humanidad, los molesta. Pero una no debe haber calculado bien, no debe haber visto o sentido el peligro. Pero el trágico final se le avalanzó con la precisión de una bestia arrolladora +6/+6, y el niño cicliste tenía ahora un nuevo accesorio entre su reuda delantera, mas luego en la cadena y finalmente los rayos de la rueda tracera. Triste final para un colombofilo al que nadie va a extrañar...
Ah, si, el chico. Tiró la bicicleta y salio corriendo, gritando por la madre o el padre o alguien, al tiempo que lloraba. Mire la bicicleta tirada con la paloma adentro. Y mire al chico, y baje la cabeza. Esa muerte insignificante para el le cambiaría la vida? La muerte cambio mi vida esta semana. Seguí caminando un rato más, hasta que decidí salir de adentro mio, dar las gracias a los que se acercaron, y escribir estas palabrotas en algun lugar.
Eso, solo eso
DoGo

No hay comentarios.: